ASODECO conecta al centro de adicciones Juan XXIII con el Banco de Alimentos.

La Comunidad de Vida y Rehabilitación de adicciones Juan XXIII es una de las entidades Aliadas del Banco de Alimentos. A través de la sanación interior y el vínculo comunitario brindan apoyo a quienes luchan por enfrentar la dependencia a las drogas.

Por Cintia Paz – cintiagpaz@hotmail.com

La “Comunidad…” es una entidad sin fines de lucro que brinda asistencia para la rehabilitación de las adicciones. ASODECO facilita el nexo con el Banco de Alimentos Paraná (BAP) para que cada semana el centro reciba una parte de los alimentos que se destinan a la Pastoral de adicciones de Concordia.

La Comunidad Juan XXIII funciona como espacio de internación desde 2014. Cristian Maidana es el coordinador general de la obra y acompañante espiritual. Desde hace 10 años trabaja en rehabilitación de adicciones. Primero desde la Pastoral, cuando debía derivar a un centro en Santa Fe a quien necesitase rehabilitación. Actualmente, unos 35 internos y 12 Servidores conviven en el predio ubicado en Estancia Grande, a 23 km de Concordia.

Banco de alimentos y sostén económico.

La contribución del Banco de Alimentos es de suma importancia para el día a día, ya que no cobran por el tratamiento ni reciben subsidios estatales. “Queremos devolver dignidad, comemos dignamente, vivimos dignamente”, afirma Maidana.

El centro se sustenta de lo destinado desde la Pastoral de adicciones y la ayuda comunitaria. En ciertos casos, el apoyo surge de los mismos ex internos y sus allegados. “Muchos de los que pasan por el lugar van generando conciencia adónde van”, señala Maidana. Y reflexiona: “vivimos humildemente pero no nos falta nada. No podemos dejar de ver la mano providencial de Dios sobre nosotros. Más que pedir, quiero agradecer”.

El tratamiento

Dentro del predio de 10 hectáreas se ubican las 5 casas que dan lugar al proceso de recuperación. Aquí, son acompañados por “Servidores” que los asisten. 

  • Primera etapa. El interno trabaja de manera individual sobre su espíritu. La base de esta etapa es el orden y la disciplina, por medio de ejercicios y la catequesis.
  • Segunda etapa. Comienza la vida comunitaria. Los chicos comparten los espacios comunes (las casas, cancha de fútbol, gimnasio), hacen trabajo de huerta, granja y otras actividades en conjunto. El objetivo de esta etapa es salir al encuentro del otro.
  • Tercera etapa. Esta etapa es el “corazón del tratamiento”. Aquí se trabajan los ejercicios ignacianos (prácticas de oración y meditación), impartidos por el padre Roberto Percara. La característica principal es la vida de oración desde la sanación interior.
  • Cuarta etapa. Se trata de la reinserción laboral. Un grupo de internos salen del establecimiento para realizar trabajos de jardinería en plazas y otros ambientes públicos. Esta tarea es posible gracias a un convenio con la municipalidad. El propósito de esta etapa es doble: la reinserción laboral y social.
  • Quinta etapa. Los chicos prestan un pre-servicio en alguna de las 4 casas en las que los otros internos transitan el tratamiento. Además de asistir a sus compañeros, realizan el nexo con el Servidor de la casa. Por otra parte, abandonan el establecimiento unos días para realizar una visita a su familia, acompañados de un Servidor. Esta etapa les permite discernir si están en condiciones de volver a su casa o necesitan permanecer en la institución.

Fuente: Defensa pública.

¿Quiénes pueden asistir?

Se permite la entrada de hombres mayores de 18 años que acepten las condiciones del tratamiento y sin patologías psiquiátricas previas (ya que no hay profesionales médicos). En ocasiones se trabaja con personas judicializadas, cuando la justicia considera que el penal no es la mejor opción para que el acusado se pueda recuperar.

Contacto

Datos para colaborar

  • Banco Bersa Sucursal 167
  • Cuenta Corriente 662312-1
  • CBU: 38601372-01000066231218